miércoles, 6 de junio de 2012

Qué sucede en el cerebro de un atleta de élite cuando está compitiendo?


palabras claves: DEPORTE DE ALTO RENDIMIENTO/CEREBRO/NEUROLOGIA
Título: ¿Qué sucede en el cerebro de un atleta de élite cuando está compitiendo?
URL: www.diariosalud.net (viernes, 03 de julio de 2009)




Texto completo:

Eventos deportivos como el campeonato de tenis que se está celebrando en Wimbledon, en Londres (Reino Unido), y los Juegos Olímpicos aumentan el perfil público de los deportes de competición.


La cuestión es:
¿qué hace que sólo algunos deportistas lleguen a estas competiciones?
 Un estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Londres ha analizado las diferencias en el procesamiento cognitivo y neural de los deportistas con habilidades y los novatos.
Las conclusiones se publicarán en agosto de Nature Neuroscience, aunque la revista ha adelantado el estudio en su edición electrónica.
Los autores, Kielan Yarrow, Peter Brown y John Krakauer, introducen en su trabajo modelos computacionales y biológicos emergentes de las habilidades de aprendizaje y control del movimiento a través del sistema nervioso central.
Mediante el estudio de imágenes funcionales, los científicos han concluido que los atletas de élite muestran no sólo una mayor precisión en la ejecución sino también una representación superior en el nivel de la percepción, anticipación y toma de decisiones.
Según ha adelantado el equipo de Yarrow, un entendimiento de los mecanismos neurales que diferencian a los deportistas de élite de otros atletas podría proporcionar bases racionales para perfeccionar futuras estrategias de entrenamiento.
Además, permitiría desarrollar la posibilidad de un perfil fisiológico predictivo y realizar genotipos a tiempo para presagiar la probabilidad de éxito en el nivel más alto.
'Modelo de anticipación'
Una idea clave en el control computacional motor es que el cerebro, a través de una estimulación interna denominada "modelo de anticipación", es capaz de predecir el cambio inminente en el estado de una parte del cuerpo o un objeto que generaría una orden de salida.
Por ejemplo, al mover una mano de un lugar a otro, el cerebro puede estimar su nueva posición antes de la llegada de la retroalimentación sensorial. 
Un reciente estudio en gatos mostraba que el estímulo neuronal en el cerebelo lateral predice el movimiento de una diana móvil externa.
Los autores de dicha investigación han especulado con que esa actividad podría ser utilizada en una capacidad predictiva para la intercepción del objetivo. 
Este resultado podría ser extrapolado a un tenista que predice el efecto del movimiento de un oponente en la trayectoria que va a seguir la pelota a continuación.
¿Cómo pueden los modelos de anticipación predecir las acciones de otros relacionadas con el sistema del espejo? 
Los científicos han sugerido que una posibilidad es que el sistema de espejo neuronal envíe una orden de salida al cerebelo, el cual manda su predicción de vuelta a la corteza premotora para planificar la acción motora subsiguiente.

UNIDAD DE PSICOLOGIA DEPORTIVA


Palabras clavesPSICOLOGIA DEPORTIVA/ALTO RENDIMIENTO/DEPORTE DE ALTO RENDIMIENTO/CONTROL PSICOLOGICO
Título: Unidad de Psicología del Deporte: La psicología en el alto rendimiento
Fuente: Universidad de Murcia [En línea] España. [Consultado 02/01/04] http://psicodeporte.nu/biblioteca/articulos/start.asp?articuloid=48&

Texto completo:
Introducción
En este trabajo vamos a describir en qué consiste la Unidad de Psicología del Deporte, dependiente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia, en colaboración con la Dirección General de Deportes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, y cómo quiere incidir de manera significativa en el desarrollo deportivo del alto rendimiento, desde una disciplina como la psicología del deporte.
La Unidad de Psicología del Deporte pretende completar y mejorar la práctica deportiva en la Región de Murcia, a través del desarrollo de la psicología del deporte, en aquellos deportistas considerados de alto rendimiento, siempre a través del trabajo directo en las escuelas de tecnificación de las federaciones deportivas.
 Para ello se plantearon desde su inicio (año 2001) varias perspectivas de trabajo: 
  • investigación, 
  • intervención, 
  • formación y 
  • publicaciones, que pasamos a describir brevemente:


- Investigación, porque a través de ella se pueden identificar aspectos que pueden redundar en la mejora del rendimiento y bienestar personal del deportista, a la vez que encontrar vías de actuación que, llevadas con posterioridad a la práctica, permitirían mejorar e, incluso solucionar, problemas y dificultades adyacentes y/o inherentes a la práctica deportiva. 
Asegurando una adecuada formación metodológica para poder aplicar los conocimientos derivados de éstos estudios a las diferentes áreas de intervención de la psicología del deporte.

- Intervención, porque es prioritaria la evaluación continua de las necesidades psicológicas de los deportistas y el control de los aspectos psicológicos de los entrenamientos y competiciones deportivas, con el fin de aportar estrategias que amortigüen posibles dificultades en su práctica y faciliten la consecución de un rendimiento óptimo. 
Complementándose esto con un trabajo psicológico específico para potenciar y entrenar diversos aspectos y habilidades que, se han comprobado, están implicados e influyen en el aumento del rendimiento y mejora personal del deportista, llevándose a cabo todo ello mediante un entrenamiento psicológico continuo y adaptado a las necesidades de los deportistas y a las diversas situaciones deportivas, evitando, entre otras cosas, los posibles abandonos de deportistas con altas cualidades.

- Formación, porque es necesario el continuo reciclaje en conocimientos y actitudes de los profesionales que forman y colaboran con la Unidad, así como el desarrollo de programas formativos que presenten una guía de especialización en psicología del deporte.

- Publicaciones, porque a través de ellas se pueden englobar y dar a conocer las vías de trabajo que se están desarrollando en Murcia, así como recoger las aportaciones de diferentes equipos de psicología del deporte de España, las cuales nos pueden aportar distintas perspectivas, con vistas a ampliar y enriquecer nuestra actuación.

Para el desarrollo de éstas áreas, se cuenta con un equipo de psicólogos del deporte, volcados preferentemente en los aspectos referentes a la intervención (concretamente tres), que deberán estar en continua coordinación y comunicación, así como también se cuenta con la colaboración, trabajo y apoyo de psicólogos del deporte en las áreas de investigación, formación y publicaciones (que varían en función de la demanda concreta que se le efectúa). 
El punto de referencia y el eje central de apoyo y centralización del trabajo, lo forma el equipo técnico responsable de la gestión de la Unidad, con el Director de la misma como coordinador y gestor de cualquier actividad que se lleve a cabo, así como los colaboradores que van nombrándose en función del servicio que se presta en cada ocasión.
 Toda actividad relacionada con la gestión, coordinación, información y planificación referente a las diversas áreas de la Unidad que hemos visto tienen su espacio físico en la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia, si bien el trabajo directo de entrenamiento psicológico con los deportistas se realiza en el contexto natural de éste (pistas de entrenamiento, campos de competición, salas de trabajo, entre otras).


Arreglado y actualizado por: Lic. MCZ (20/01/04)



martes, 5 de junio de 2012

Ansiedad e indicadores de rendimiento en deportistas


Ansiedad e indicadores de rendimiento en deportistas
Dr. Francisco García Ucha y colaboradores
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001
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El Dr. Francisco García Ucha con colegas en el curso que imparte la Asociación Metropolitana
de Psicología del Deporte en el CENARD (Buenos Aires)
    En la medida, en que adquieran una variada experiencia lograran establecer los mecanismos o habilidades de afrontamiento psicológicos necesarios para una mejor adaptación al estrés competitivo, sobre la base de que ganarán en auto confianza y pensamiento positivo.
    Algo similar ocurre en el caso de los resultados de las mujeres. Se aprecian diferencias entre ambos sexos. Siendo las mujeres las que obtienen valores superiores en cuanto a las variables de ansiedad estudiadas.

Discusión de los resultados
    Se puede apreciar que los resultados del estudio siguen la misma orientación que la mayoría de las investigaciones en este ámbito, las cuales relacionan el grado elevado de ansiedad con el deterioro del rendimiento deportivo. J. M. McKay, S. E. Selig, J. S. Carlson, y T. Morris (1997), así como, R. Weinberg, y D. Gould (1999).
    Asimismo, P. R. Giacobbi y R. S. Weinberg (2000), señalan en un estudio realizado que los deportistas con elevado grado de ansiedad no poseen habilidades de afrontamiento, presentando conductas negativas, sentimientos de culpa, al mismo tiempo, la tolerancia al miedo y la frustración es reducida. Entre otros aspectos negativos también tienen actitudes derrotistas y negativas y los errores en la ejecución se sobre valoran y se interpretan de modo mucho más severo que los deportistas con baja ansiedad.
    En cuanto al sexo, las diferencias en ansiedad (tanto estado como rasgo) entre los varones y mujeres son reveladoras a pesar de no ser estadísticamente significativa los valores aumenta en el caso de las mujeres. Resultados que van en la línea de otros anteriores como los de G. Tenenbaum y R. Milgram (1978), y D. González de Juan (1990), este último enfatiza que entendiéndose que el deporte haya sido socialmente diseñado como una actividad "masculina" y por ello los patrones de socialización de los sexos se desarrollen en los varones de forma más acentuada conductas mejor adaptadas a la actividad deportiva (mayor competitividad, agresividad, etc.) que en las mujeres, hace que éstas se perciban a sí mismas como peor equipadas a la hora de enfrentarse a las competencias deportivas y por ello reporten mayores grados de inseguridad, elevando con ello sus puntuaciones en ansiedad.
    Un estudio de J. Lewko y M. Ewing (1980), comprobó que las prácticas de socialización de los padres respecto a las actividades deportivas de sus hijos prestaban mayor apoyo y estímulo a participar a los varones que a las mujeres.
    No obstante, hay investigaciones cuyos resultados no establecen claras diferencias entre hombres y mujeres, lo que demuestra la igualdad de derechos entre ambos sexos. V. Krane, y J. Williams (1994), del mismo modo C. Madden, y R. Kirby, (1995).
    A nuestro juicio, hay un factor de mucha importancia en la probable explicación de los diferentes grados de ansiedad entre mujeres y hombres y es relacionado con el desarrollo de los propios resultados deportivos.
    Mientras que el deporte para varones llega a alcanzar una gran experiencia en el proceso de preparación y entrenamiento y el hombre se encuentra en algunas disciplinas deportivas, en los limites de sus posibilidades, por ejemplo, la carrera de velocidad en el atletismo. En el deporte para mujeres, no existen las mismas experiencias en cuanto a preparación y entrenamiento, incluso aparecen nuevas disciplinas donde la mujer comienza a competir, por muestra, levantamiento de pesas, triple salto en el atletismo, y otros, a ello se agrega que los resultados actuales en muchas modalidades deportivas aún no se conocen si están próximos o no a los limites de la mujer. Todo ello, crea una mayor incertidumbre en las deportistas y metas de rendimiento mucho más difíciles, de acuerdo con la propia percepción de las deportistas de la dificultad de alcanzar dichos resultados.
    En el anexo 1, se presentan las tablas 5 y 6, donde se describen los valores percentiles de los resultados del test por sexo y por grado de rendimiento.

Conclusiones
  • Desde el punto de vista estadístico existe una relación negativa entre el estado de ansiedad y el grado de rendimiento deportivo.
  • Los deportistas de mayor grado de rendimiento presentan rasgos de ansiedad y estado más moderados que los deportistas de menor grado de rendimiento.
  • Los valores de ansiedad rasgo y estado son superiores en las mujeres en relación con los alcanzados por los varones.
  • Se debe tener en consideración el grado de ansiedad estado y de rendimiento de los deportistas con el propósito de establecer las medidas de intervención psicológica tendientes a formar habilidades de afrontamiento.
Recomendaciones
    Los entrenadores deben tener en cuenta que los deportistas con más bajo grado de rendimiento presentarán grados de ansiedad más intenso. Por tanto, deben emplear las medidas de intervención recomendadas por los psicólogos del deporte.
    Las deportistas clasificados en este grupo, deben recibir un apoyo más cuidadoso de sus reacciones emocionales negativas en competencias. Para ello es fundamental una correcta planificación de los objetivos a lograr en las competencias. Debe velarse con más precisión las circunstancias de la competencia que afecten el estado emocional de las deportistas.
    Los rangos percentiles presentados en el estudio pueden guiar a los especialistas en una más correcta clasificación de los deportistas en cuanto a su ansiedad.

Anexo 1



Bibliografía
  • Beck, A. & T. Beck (1978) Depression Inventory. Revised edition. Philadelphia. Center for cognitive therapy.
  • Demoja, C. A. & J. Demoja (1986) Analysis of anxiety trend before a sport competition. Perceptual and motor skill. 62, p. 107-110.
  • Giacobbi, P R. & R. S. Weinberg. (2000). An Examination of Coping in Sport: Individual Trait Anxiety Differences and Situational Consistency. The Sport Psychologist, 14
  • González de Juan, J. (1990) Evaluación y predicción de la ansiedad ante la competición deportiva. Revista de Investigación y documentación sobre las ciencias de la educación física y del deporte. Núm. 15-16 Año VI. p. 55-68.
  • González Rey, F. (1997). Epistemología cualitativa y subjetividad. Editorial Pueblo y Educación.
  • Hardy, L. (1990) A catastrophe model of anxiety and performance. In: J. G. Jones and L. Hardy (eds), Stress and Performance in Sport, Wiley, Chischester, p. 81-106
  • Hammermeister, J. & D. Burton (2001) Stress, Appraisal, and Coping Revisited: Examining the Antecedents of Competitive State Anxiety With Endurance Athletes. The Sport Psychologist, 15 (1).
  • Hanin, Y. L. (1989), Interpersonal and intra group anxiety in sport. In: D. Hackfort & C. D. Spielberger (eds.): Anxiety in sport. Hemisphere Publishing. Co. New York.
  • Kerr, J. H. (1988) Soccer hooliganism and the search for excitements. En: M. J. Apter, J. H. Kerr & M. P. Cowles (eds.). Progress in reversal theory. Amsterdam. Elsevier North Holland. 191-211.
  • Kerr, J. H. (1991) Arousal seeking in risk Sport participants. Personality and individual differences. 12, 613-16.
  • Krane, V., & J. Williams (1994) Cognitive anxiety, somatic anxiety, and confidence in track and field athletics: The impact of gender, competitive level and task characteristics. International Journal of Sport Psychology. 25, 203-217.
  • Lazarus, R. S. (2000) How Emotions Influence Performance in Competitive Sports,. The Sport Psychologist, 14 (3).
  • Lewko, J. M. & M. Ewing (1980) Sex differences and parental influence in sport involvement in children, Jour. Sport Psycho. 2. p. 62-68.
  • Madden, C., & R. Kirby (1995) Gender differences in competitive Stress. Perceptual and Motor Skills. 80, 848-850.
  • Makkone, K. (1985) The state and trait anxiety or the top class football players. Int. Jour. of Sport Psychology. p. 330.
  • Marquez, S. y colaboradores (1992) Adaptación española de los cuestionarios de antecedentes, manifestaciones y consecuencias de la ansiedad ante la competición deportiva estructura factorial. Congreso Iberoamericano de Psicología. Madrid.
  • Martens, R. (1977) Sport Competition Anxiety Test. Human Kinetics, Champaign. Illinois.
  • McKay, J. M., S. E. Selig, J. S. Carlson,. and T. Morris (1997) Psychological Stress in Elite Golfers during Practice and Competition. The Australian Journal of Science and Medicine in Sport. 29(2): 55-61.
  • Pons, D. y colaboradores (1992) Variables relacionadas con la ansiedad competitiva. Congreso Científico Olímpico. Málaga. Actas. P. 282-291.
  • Rodrigo, G. & collaborators (1990) Relationship between anxiety and performance in soccer players. Int. Jour. of Sport Psychology, 21, p. 282-291.
  • Sade, S. & collaborators (1990) Anxiety self control and shooting performance. Perceptual and motor skills. 71. p. 3-6.
  • Scott, J. y P. Baer (1988) Criterios psicológicos para la valoración y tratamiento de ansiedad y depresión. Clínicas Médicas Norteamericanas. Vol. 4. p. 971-990.
  • Spielberger, C. D., R. L. Gorsuch & R. E. Laushene (1970) Manual for the state-trait anxiety inventory. Palo Alto. Counseling Psychologist Press.
  • Spielberger, C. D (1972) Anxiety. Current trends in theory and research. New York. Wiley.
  • Taylor, J. A. (1953) A personality scale of manifest anxiety. J. Abnorm. Psycho. 48. p. 275-280.
  • Tenenbaum, G. & R. Milgram (1978) Trait and state anxiety in Israelis student athletes. Jour. Sport Psycho. 34. p. 691-693.
  • Weinberg, R., & D. Gould (1999) Foundations of Sport and Exercise Psychology (2nd ed.). Champaign: Human Kinetics.
  • Williams, D. A. & J. Jenkins (1986) Role of competitive anxiety in performance of Black college basketball players. Perceptual and motor skills, 63, p. 847-853.

Ansiedad e indicadores de rendimiento en deportistas


Palabras claves: PSICOLOGIA DEPORTIVA/RENDIMIENTO DEPORTIVO/ANSIEDAD
Título: Ansiedad e indicadores de rendimiento en deportistas
Autor: Dr. Francisco García Ucha y colaboradores

Texto completo:
Introducción
El estudio de la ansiedad en los deportistas de alto rendimiento abarca un gran espacio en la literatura en Psicología del Deporte, (R. Martens, 1977, 1983, Y. Hanin, 1989, C. D. Spielberger, 1989, S.
Márquez, 1992, R. S. Lazarus, (2000) J. Hammermeister, y D. Burton (2001). 
A nuestro juicio su importancia radica en el impacto que tienen los estados emocionales negativos sobre los rendimientos en competencia y entrenamientos.
 Gran parte de los fracasos en competencias se explican por problemas debidos al manejo de la ansiedad y otros son enunciados como "fobia al éxito".

El estudio de la relación entre ansiedad y ejecución es el tema central de la mayoría de las investigaciones. 
En una revisión de la literatura existente, D. Pons y colaboradores (1992), plantean que hay relaciones estrechas y negativas entre la ansiedad y la ejecución.
Sin embargo, estos resultados se hallan matizados entre otros factores, por la definición y los atributos de la ansiedad que toman en cuenta.
En nuestro trabajo, nos referimos ansiedad como rasgo y estado, adscribiéndonos a la posición asumida por C. D. Spielberger (1972).
La ansiedad es considerada como un factor o rasgo permanente de la personalidad.
Este es el grado de ansiedad que presenta generalmente un individuo en la mayoría de las situaciones. 
Es la disposición latente a comportarse de manera más o menos ansiosa bajo situaciones de stress
La ansiedad también es considerada como un estado, aquélla evocada por circunstancias especiales y con un carácter temporal, la cual se refiere a los sentimientos subjetivos de tensión que un individuo experimenta en determinadas circunstancias percibidas como amenazadoras, sin relación con el verdadero peligro presente.
Respecto a la ansiedad rasgos, ésta parece mostrarse como un buen predictor de la ejecución de los deportistas (D. Williams, 1986; G. Rodrigo y cols. 1990). Sobre todo cuando se combinan con las puntuaciones que los sujetos obtienen en ansiedad estado (C. A. Demoja, 1985, K. Makkone 1985). 
Resultados consistentes se muestran también entre la ansiedad estado y la ejecución. S. Sade (1990).
En el deporte de competición, la persona con una ansiedad-rasgo elevada es generalmente más propensa a experimentar sentimientos de ansiedad-estado más elevado que la persona con grado bajo de ansiedad-rasgo (8). 
Esta situación depende de cómo un individuo interpreta las circunstancias competitivas particulares. 
Su interpretación se verá influida por diversos factores tales como:
  •  las experiencias anteriores, 
  • la capacidad y
  •  el entrenamiento en el manejo del stress.

Se hace necesario destacar que la valoración y tratamiento de la ansiedad implican el empleo de tests psicológicos.
Un problema fundamental en relación con el estudio de la ansiedad y que resulta igualmente valido en el ámbito especifico del deporte, es que, dada la complejidad del fenómeno y su carácter multidimensional, los instrumentos de evaluación utilizados son a pesar de su número, parciales en cuanto a distinguir todas los atributos de la ansiedad y no permiten, en ocasiones, hacer inferencias de una clara utilidad práctica. 
El tema se complica muchísimo a la luz de los nuevos avances en la teoría de las emociones.
Entre las conclusiones más recientes tenemos:
  • Activación y ansiedad estado no siempre tienen un efecto negativo sobre la ejecución. J. H. Kerr (1988).
  • El papel desempeñado por la auto confianza es de crucial importancia. F. González Rey (1997).
  • La interacción entre los componentes fisiológicos y cognitivo-afectivos es más decisiva para la ejecución que sus respectivos niveles absolutos. Hardy, L. (1990), Y. Hanin (1989).
Enfatizando, Y. Hanin. (1989) propuso la hipótesis de zona de óptimo funcionamiento (ZOF), sugiriendo que cada deportista tiene una ampliación de banda específica, o zona, de ansiedad en la cual las mejores actuaciones podrán ser igualmente observadas.
En términos históricos, los instrumentos más utilizados para medir ansiedad son:
 el MMPI, 
Roschach y 
TAT. 
Estos tests, según J. Scott Hickey y P. Baer (1988), brindan información de "banda ancha", es decir, son útiles para el diagnóstico. La identificación de síndromes y síntomas de la ansiedad.
En la actualidad un conjunto de pruebas psicológicas permiten detectar una descripción más detallada o de "alta fidelidad" acerca de las manifestaciones como de las causas y consecuencias de la ansiedad.
 De ellas, el test de A. C. D. Beck, (1978),
 la escala de ansiedad de J. A. Taylor (1953), y 
el test de ansiedad estado rasgo de C. D. Spielberger (1970).
En su obra "Ansiedad y Conducta", C. D. Spielberger (1970) presenta su teoría del estado-rasgo-proceso.
 Para C. D. Spielberger (1970) es importante clasificar las relaciones existentes entre estos conceptos. 
Afirma que las diferencias entre rasgo y estado consisten una parte en el sentido de potenciación ligado al rasgo, frente a la actualidad unida con el estado.
 Del mismo modo el rasgo suele ser estable mientras que el estado aparece con cierta transitoriedad temporal.
Por otro lado, sigue afirmando que el rasgo de ansiedad es general, mientras que el estado se caracteriza por una especificidad situacional (C. D. Spielberger 1976).
 En lo referente a las relaciones rasgo-situación. C. D. Spielberger, se inclina por un esquema interactivo unidimensional y afirma que las diferencias individuales en rasgo de ansiedad se presentan con independencia de la naturaleza especifica de las situaciones estresantes.
El "Cuestionario de ansiedad rasgo-estado" de C. D. Spielberger (1970) dio a los investigadores la oportunidad definitiva de determinar los niveles de ansiedad rasgo y ansiedad estado, convirtiéndose en un instrumento de uso casi exclusivo. 
Se señala que en las dos últimas décadas se publicaron más de 3000 estudios utilizándolo. Los ítems de la ansiedad rasgo en este test se seleccionaron en función de su correlación con las puntuaciones totales de otras escalas de ansiedad, reflejando los sujetos como se sienten generalmente e indicando la frecuencia con que experimentan síntomas de ansiedad. 
En la escala de ansiedad estado se consideró tanto la validez de constructo como la consistencia interna y la facilidad y rapidez de administración.
El test de C. D. Spielberger, (1972) ofrece las ventajas de solidez psicométrica, fiabilidad y confiabilidad.
En el área de la Psicología del Deporte, el test de ansiedad rasgo estado de C. D. Spielberger (1972) se emplea con mucha frecuencia, aún cuando no es el único instrumento ya que se lograron desarrollar otros entre los que se encuentran el test de ansiedad en competencia de R. Martens (1977).
 Un interesante trabajo acerca de los cuestionarios y test de ansiedad en el deporte es presentado por S. Marques (1992)
No obstante, la existencia de dichos instrumentos en muchos casos se carece de normas o rangos de los resultados del test en los deportistas que permitan colaborar en el diagnóstico. 
Muy a pesar de que se poseen tablas de normas como las expuestas en los estudios de D. J. González (1990) es difícil por las diferencias transculturales que se empleen estos resultados, por lo que resulta de interés poseer las normas de evaluación especifica para cada población de deportistas, lo que facilita clasificarlos inicialmente y facilitar, luego del diagnóstico psicométrico, el análisis cualitativo del deportista.
Por tanto, con el propósito de perfeccionar el psicodiagnóstico de la ansiedad en deportistas cubanos se aplicó el test de C. D. Spielberger, junto a la valoración de jueces, en este caso, los entrenadores que atendían directamente a los deportistas sometidos a estudio, de su grado de rendimiento, con tal propósito se empleo una escala que indica el grado de rendimiento. 
La escala de rendimiento tiene un graduación que va:
 desde 0, que significa rendimientos bajos, 
1 rendimientos promedios y 
2 rendimientos elevados.
Los deportistas de rendimiento bajo en este caso corresponden a aquellos que aún perteneciendo al más alto nivel de rendimiento de nuestro país, no logran alcanzar un lugar significativo entre los primeros cinco lugares en competencias internacionales.
Los de rendimiento regular se corresponden con aquellos que ocupan del segundo al quinto lugar en competencias internacionales, y 
los deportistas de rendimiento elevados son aquellos que alcanzan el primer lugar en competencias internacionales.
El objetivo del trabajo consiste en constatar las implicaciones de la ansiedad para los rendimientos y facilitar los rangos de los resultados de estos deportistas en el test de acuerdo con el grado de rendimiento que los caracteriza.
Del mismo modo, formo parte del estudio tipificar las posibles diferencias de ansiedad en función del sexo de los deportistas.

Procedimiento
Del estudio participaron 465 deportistas que pertenecen a equipos de alto rendimiento de las modalidades deportivas siguientes:
 tiro deportivo, 
béisbol,
voleibol,
 judo, 
boxeo, 
ciclismo, 
nado sincronizado,
 levantamiento de pesas, 
natación, 
tenis de campo y atletismo;
 de ambos sexos, con una edad promedio de 24 años y una experiencia deportiva que fluctúa entre los 2 y los 15 años. 
Estos deportistas se le aplicó el test de C. D. Spielberger (1970) en un momento previo a una competencia de importancia ( Siete días antes).
La escala para valorar el grado de rendimiento de cada deportista fue respondida por los entrenadores de los mismos.
 Los juicios de los entrenadores fueron promediados cuando la valoración se realizo por más de un entrenador.
Los datos fueron procesados por medio del paquete estadístico SSPS en una microcomputadora.

Resultados
En la tabla 1, aparecen las estadísticas descriptivas de los resultados de las variables estudiadas en la muestra total y además la forma en que se correlacionan.

imagen1

Se puede apreciar una débil correlación negativa entre la ansiedad estado y el grado de rendimiento, lo que expresa, que en la medida en que se intensifica el grado de ansiedad estado decrecen los rendimientos.
No resultó significativa desde el punto de vista estadístico la relación entre los rasgos de ansiedad y los rendimientos deportivos.
Este resultado expone el peso que tiene el establecimiento de la ansiedad fruto de los factores situacionales en el deporte y la necesidad de un estado óptimo en el momento de la competencia.
El encuentro deportivo que presenta un carácter trascendente crea una honda impresión en los participantes.

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En la tabla 2, se destaca también una relación entre las escalas del test: Escalas de ansiedad estado y rasgo de ansiedad; cuestión esta señalada en los estudios de Spielberger. Correlaciones realizadas con la muestra de los varones y mujeres por separado, no brindaron un nivel de correlación significativas en relación con las variables de ansiedad y rendimiento.

imagen3

En la Tabla 3, aparecen las estadísticas descriptivas de las variables en función del sexo. Aún cuando las diferencias no son significativas desde el punto de vista estadístico, se puede apreciar que el sexo femenino presenta valores más elevados que los deportistas masculinos.

imagen4

En la Tabla 4, se puede observar en el caso de los varones que los resultados del grupo de rendimientos (0) posee valores promedios del test que son superiores a los de los subgrupos siguientes. 
En la medida que se alcanza un mayor grado de rendimiento, la ansiedad tiende a ser menor. 
Se supone que el grado de ansiedad más elevado en los deportistas con rendimientos (0) se debe a que no desarrollaron las habilidades para el autocontrol de la ansiedad.

imagen5

 El Dr. Francisco García Ucha con colegas en el curso que imparte la Asociación Metropolitana de Psicología del Deporte en el CENARD (Buenos Aires)
  • En la medida, en que adquieran una variada experiencia lograran establecer los mecanismos o habilidades de afrontamiento psicológicos necesarios para una mejor adaptación al estrés competitivo, sobre la base de que ganarán en auto confianza y pensamiento positivo.

Algo similar ocurre en el caso de los resultados de las mujeres. 
Se aprecian diferencias entre ambos sexos. 
Siendo las mujeres las que obtienen valores superiores en cuanto a las variables de ansiedad estudiadas.

Discusión de los resultados
Se puede apreciar que los resultados del estudio siguen la misma orientación que la mayoría de las investigaciones en este ámbito, las cuales relacionan el grado elevado de ansiedad con el deterioro del rendimiento deportivo. J. M. McKay, S. E. Selig, J. S. Carlson, y T. Morris (1997), así como, R. Weinberg, y D. Gould (1999).
Asimismo, P. R. Giacobbi y R. S. Weinberg (2000), señalan en un estudio realizado que los deportistas con elevado grado de ansiedad no poseen habilidades de afrontamiento, presentando conductas negativas, sentimientos de culpa, al mismo tiempo, la tolerancia al miedo y la frustración es reducida.
 Entre otros aspectos negativos también tienen actitudes derrotistas y negativas y los errores en la ejecución se sobre valoran y se interpretan de modo mucho más severo que los deportistas con baja ansiedad.
En cuanto al sexo, las diferencias en ansiedad (tanto estado como rasgo) entre los varones y mujeres son reveladoras a pesar de no ser estadísticamente significativa los valores aumenta en el caso de las mujeres. Resultados que van en la línea de otros anteriores como los de G. Tenenbaum y R. Milgram (1978), y D. González de Juan (1990), este último enfatiza que entendiéndose que el deporte haya sido socialmente diseñado como una actividad "masculina" y por ello los patrones de socialización de los sexos se desarrollen en los varones de forma más acentuada conductas mejor adaptadas a la actividad deportiva (mayor competitividad, agresividad, etc.) que en las mujeres, hace que éstas se perciban a sí mismas como peor equipadas a la hora de enfrentarse a las competencias deportivas y por ello reporten mayores grados de inseguridad, elevando con ello sus puntuaciones en ansiedad.
Un estudio de J. Lewko y M. Ewing (1980), comprobó que las prácticas de socialización de los padres respecto a las actividades deportivas de sus hijos prestaban mayor apoyo y estímulo a participar a los varones que a las mujeres.
No obstante, hay investigaciones cuyos resultados no establecen claras diferencias entre hombres y mujeres, lo que demuestra la igualdad de derechos entre ambos sexos. V. Krane, y J. Williams (1994), del mismo modo C. Madden, y R. Kirby, (1995).
A nuestro juicio, hay un factor de mucha importancia en la probable explicación de los diferentes grados de ansiedad entre mujeres y hombres y es relacionado con el desarrollo de los propios resultados deportivos.
Mientras que el deporte para varones llega a alcanzar una gran experiencia en el proceso de preparación y entrenamiento y el hombre se encuentra en algunas disciplinas deportivas, en los limites de sus posibilidades, por ejemplo, la carrera de velocidad en el atletismo. 
En el deporte para mujeres, no existen las mismas experiencias en cuanto a preparación y entrenamiento, incluso aparecen nuevas disciplinas donde la mujer comienza a competir, por muestra, levantamiento de pesas, triple salto en el atletismo, y otros, a ello se agrega que los resultados actuales en muchas modalidades deportivas aún no se conocen si están próximos o no a los limites de la mujer. 
Todo ello, crea una mayor incertidumbre en las deportistas y metas de rendimiento mucho más difíciles, de acuerdo con la propia percepción de las deportistas de la dificultad de alcanzar dichos resultados.
En el anexo 1, se presentan las tablas 5 y 6, donde se describen los valores percentiles de los resultados del test por sexo y por grado de rendimiento.

Conclusiones
  • Desde el punto de vista estadístico existe una relación negativa entre el estado de ansiedad y el grado de rendimiento deportivo.
  • Los deportistas de mayor grado de rendimiento presentan rasgos de ansiedad y estado más moderados que los deportistas de menor grado de rendimiento.
  • Los valores de ansiedad rasgo y estado son superiores en las mujeres en relación con los alcanzados por los varones.
  • Se debe tener en consideración el grado de ansiedad estado y de rendimiento de los deportistas con el propósito de establecer las medidas de intervención psicológica tendientes a formar habilidades de afrontamiento.
Recomendaciones
Los entrenadores deben tener en cuenta que los deportistas con más bajo grado de rendimiento presentarán grados de ansiedad más intenso.
 Por tanto, deben emplear las medidas de intervención recomendadas por los psicólogos del deporte.
Las deportistas clasificados en este grupo, deben recibir un apoyo más cuidadoso de sus reacciones emocionales negativas en competencias. 
Para ello es fundamental una correcta planificación de los objetivos a lograr en las competencias. 
Debe velarse con más precisión las circunstancias de la competencia que afecten el estado emocional de las deportistas.
Los rangos percentiles presentados en el estudio pueden guiar a los especialistas en una más correcta clasificación de los deportistas en cuanto a su ansiedad.

Anexo 1

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Bibliografía
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La ansiedad en el deporte


Palabras clavesPSICOLOGIA DEPORTIVA/ANSIEDAD/ DEPORTES/RENDIMIENTO DEPORTIVO /EVALUACION/ACTIVIDADES DEPORTIVAS
Título: La ansiedad en el deporte
Autor(es): Psic. Pablo Jodra. Presidente de la Asociación de Psicólogos del Deporte (APSIDE). España
Fuentehttp://psicodeporte.nu/biblioteca/articulos/start.asp?articuloid=33&
Texto completo:
Cualquier circunstancia humana puede verse impregnada de un determinado nivel de ansiedad. 
Las situaciones de competición deportiva, donde el resultado obtenido y las consecuencias que se derivan del mismo, pueden determinar el presente y el futuro como profesional del deporte (contratos, valoración social, continuidad, autoestima etc.), generan en el organismo estados de ansiedad que es preciso controlar.
 La mayoría de deportistas y técnicos, cuando se tienen que enfrentar a una competición, sienten en mayor o menor grado un estado de nerviosismo, que puede aparecer incluso días antes de la propia competición, y que, influye en el rendimiento deportivo.
En deporte tan ansiógeno puede ser un éxito como una derrota, es decir, una situación positiva como una negativa, pues ambas provocan cambios en el sujeto que le obligan a movilizar sus procesos adaptativos y equilibradores; aunque, al igual que otras situaciones de la vida, las experiencias aversivas generan más ansiedad.
 La ansiedad en la actividad deportiva es particularmente amplia por el hecho de que aquí, la persona posee un antecedente considerable de carga física y neuropsíquica en las sesiones de entrenamiento y competición, estando constantemente sometido a la actuación de las más variadas influencias interpersonales y ambientales (Straub, 1978). 
Pero con independencia del sentido positivo o negativo que pueda tener un determinado estímulo, existen algunas situaciones características que contribuyen a convertir un estímulo en ansiógeno; entre ellas tenemos:
  • Los cambios en la situación habitual. Es frecuente en la práctica deportiva que haya cambios en las rutinas, en los planes de entrenamiento, en los materiales, en los lugares de competición; que representan en sí mismos una amenaza.
  • Información insuficiente o errónea. Se producen ocasiones en las que los datos sobre la actividad deportiva y los elementos que la rodean (horarios, alineación, viajes, premios) suponen un obstáculo en el estado emocional idóneo de la persona.
  • Sobrecarga en los canales de procesamiento, donde el deportista no puede manejar e integrar toda la información que le llega como son la responsabilidad dentro del equipo, los contratos, la repercusión social del evento deportivo.
  • Importancia del evento. En general, cuanto más importante es un evento deportivo, más ansiedad provoca. La repercusión social, económica o personal, representan indicadores de la trascendencia que pueda tener el resultado de la competición.
  • Incertidumbre. El resultado, nuestra actuación, la del rival, las decisiones arbitrales, las condiciones climatológicas, el público, representan componentes en el sistema de probabilidades hacia el control de las situaciones. En esencia, el deporte tiende a que la competitividad entre adversarios posea un grado de incertidumbre respecto del resultado.
  • Inminencia del estímulo. La proximidad de la competición puede convertir esa situación en estímulo aversivo; los pensamientos negativos, la inseguridad o la tensión son manifestaciones que aumentan a medida que se acerca la competición.
  • Falta de habilidad para controlar la situación. No disponer de recursos suficientes para enfrentarse a una situación de competición, suele representar un estado de ansiedad.
  • Duración de la situación. Si una situación que provoca ansiedad se prolonga en el tiempo (temporada muy intensa, concentraciones, períodos cortos de recuperación), afectará al rendimiento de la persona.
  • La ansiedad rasgo. Constituye un factor de personalidad que predispone a una persona a considerar la competición y la evaluación social como más o menos amenazadora. Una persona con un nivel elevado de ansiedad rasgo, percibe la competición como más amenazadora, provocando más ansiedad que en otra cuyo nivel en dicho rasgo sea menor.
  • Autoestima. Está relacionada con la percepción de amenaza y con los recursos disponibles para enfrentarse a la situación.
Ansiedad y rendimiento deportivo
Un alto grado de ansiedad se ha considerado como un elemento interferente sobre el rendimiento deportivo, aunque sea necesario que exista en un nivel adecuado. 
Siguiendo los trabajos de Williams (1991), se considera que un estado de ansiedad elevado puede causar reacciones como:
 miedo, enfado, irritabilidad, preocupación o culpabilidad; 
este estado se identifica con una serie de síntomas físicos y psicológicos, entre los que estarían:
  • Síntomas fisiológicos, como son la aceleración de la tasa cardíaca, incremento de la presión sanguínea, aumento de la tensión muscular, dificultades respiratorias, sudoración, sequedad en la boca.
  • Síntomas psicológicos en los momentos previos a la competición, donde surge desconfianza, pensamientos negativos, inflexibilidad, preocupación, dificultades de atención, acentuación de conflictos personales, disminución en la capacidad de procesamiento de la información, problemas en la toma de decisiones.
  • Síntomas psicológicos en los días anteriores a la competición, donde aparecen alteraciones en el pensamiento (como poner en duda la efectividad del entrenamiento o la capacidad de los deportistas), disminución del autocontrol, fatiga, insomnio, dificultades para el control de la tensión, preocupación, irritabilidad, distracción.
Esta sintomatología genera efectos negativos sobre el rendimiento deportivo, en especial sobre la capacidad de toma de decisiones, cuya influencia es determinante en una actividad donde se deben decidir alternativas de acción en breves instantes de tiempo (por ejemplo, lanzar un penalti, realizar el cambio de un jugador, modificar la estrategia de juego, etc.). 
Se han realizado diversos estudios para determinar aquellas respuestas fisiológicas, relacionadas con la ansiedad, que son relevantes en el rendimiento deportivo (medido en tiempo de reacción ante estímulos visuales y auditivos); los resultados (Soriano, 1999) muestran cómo los deportistas con ansiedad-rasgo alta obtienen tiempos de reacción superiores a los sujetos con ansiedad-rasgo baja; además, los niveles de los sujetos más ansiosos en las respuestas fisiológicas son más irregulares y variables.
El síndrome de ansiedad precompetitiva es una de las causas que afectan al rendimiento deportivo; su control por parte del sujeto aparece como uno de los pilares más importantes sobre el que se asienta el estado ideal de rendimiento deportivo en las competiciones.
 En muchas situaciones, en igualdad de condiciones objetivas, la percepción de una mayor o menor controlabilidad de la situación por parte del individuo puede influir en el rendimiento, lo que muestra que, para reducir la ansiedad, es importante reducir el significado de amenaza y aumentar la sensación de controlabilidad.
La situación de ansiedad competitiva puede incidir en que el deportista perciba el momento de la competición como algo amenazante, lo que se manifiesta en respuestas cognitivas, fisiológicas y motoras susceptibles de ser evaluadas y analizadas.
 Existen muchas fuentes específicas de ansiedad dentro del deporte; la competición en sí misma representa una situación elicitadora de ansiedad, puesto que:
  • La actividad deportiva se ve sometida a múltiples evaluaciones y opiniones, y en este análisis se incluyen los ámbitos físico, técnico, táctico y psicológico.
  • Existen muchos factores externos que pueden influir en la propia actividad deportiva (p.e. climatología, decisiones arbitrales, lesiones, sorteo) y que no pueden ser controlados en su totalidad en la preparación de la competición.
  • El criterio de valoración de la actuación deportiva se produce, frecuentemente, en función de los resultados.
  • Existe una confrontación entre rivales (dependiendo de la modalidad deportiva) donde la victoria de uno supone la derrota del otro.
  • Resulta el momento decisivo donde, en un breve período de tiempo, debe exponer un trabajo de preparación en el que ha invertido muchas horas de dedicación.
  • Constituyen situaciones de amenaza sobre el dominio de la actividad, que generan respuestas emocionales.
Los niveles de presión varían en los períodos antes, durante y después de una situación tensionante; la proximidad de un evento tensionante ejerce influencia sobre el individuo, siendo el contacto real con la situación lo que hace que los niveles de ansiedad disminuyan. El grado en el que la competición aumenta o disminuye la ansiedad varía según la tarea; así, los eventos que implican fuerza y resistencia física (p.e. fútbol, natación) tienen más probabilidad de disipar la ansiedad cuando se inicia la actividad que las modalidades deportivas donde se requiere precisión e incertidumbre (p.e. tiro con arco, saltos de trampolín), cuya tendencia se dirige a aumentar la tensión a medida que la competición avanza.
Según Cratty (1983), para comprobar la influencia de la ansiedad en la ejecución deportiva, se deben considerar los siguientes aspectos:
  • El estado de excitación emocional del individuo, al mismo tiempo que sus aptitudes físicas y necesidades psicológicas.
  • La información sobre la naturaleza objetiva de la tensión.
  • Lo más importante: la interpretación que el individuo establece sobre la ansiedad y los sentimientos asociados.
  • La posibilidad de utilizar medidas fisiológicas.
  • Los requisistos necesarios para una óptima ejecución.
Evaluación de la ansiedad en el deporte.
El autor que mayor repercusión ha tenido en el desarrollo conceptual del término ansiedad competitiva es Martens (1975). 
En su obra se aprecia la influencia de la Teoría de Ansiedad Estado-Rasgo (Spielberger, 1966) y la Teoría de la Evaluación Social (Pettigrew, 1967). 
Para el autor el carácter definitorio de una situación de competición, en relación con otras situaciones comparables, es que la persona, está en condiciones de evaluar la ejecución y conoce los criterios de comparación. 
Los elementos del Proceso Competitivo de Martens (1977) incluyen:
  • Situación competitiva objetiva, es decir, la presencia de un oponente.
  • Situación competitiva subjetiva.
  • Motivación.
  • Importancia de la situación competitiva.
  • Evaluación, por parte del sujeto, de la situación y de los recursos o estrategias de afrontamiento.
Encontramos una gran similitud entre el modelo teórico de Martens y la teoría del Estrés de Lazarus y Folkman (1986), en la que los factores personales (creencias, compromisos y recursos) influyen en la evaluación cognitiva y, por consiguiente, determinan las reacciones emocionales y estrategias de afrontamiento que posee el individuo y que serán la base para evaluar los resultados. 
No obstante y como señalan estos dos autores, los factores personales no son suficientes para explicar el proceso de evaluación cognitiva, puesto que actúan de forma independiente respecto de los factores situacionales para determinar el grado de amenaza o desafío de la situación.
Sarason y Mandler (1952) son los autores que introducen el concepto de ansiedad de prueba o evaluación, que hace referencia a la tendencia o disposición a emitir respuestas interferentes, autocentradas cuando el sujeto es expuesto a condiciones o situaciones evaluativas.
 Respecto de la medida de la ansiedad de prueba, el primer instrumento que se desarrolló fue el Test Anxiety Questionnaire (Sarason y Mandler, 1952), donde se plantean una serie de cuestiones relativas a las actitudes hacia las situaciones de prueba y a las reacciones emocionales experimentadas en tales situaciones. 
Otros instrumentos utilizados han sido el Test Anxiety Scale (TAS) (Sarason, 1958) y 
el Achievement Anxiety Test (AAT) (Alpert y Haber, 1960).
Martens (1977) define la Ansiedad-Rasgo Competitiva como una tendencia a percibir las situaciones competitivas como amenazantes y responder a éstas con sentimientos de aprensión o tensión. 
La reactividad emocional, manifestada en la preocupación y en la activación fisiológica, adquiere enorme importancia por cuanto puede influir sobre la concentración mental y el control neuromuscular, y, en consecuencia, afectar al rendimiento deportivo. 
Con el fin de operativizar el rasgo de ansiedad competitiva, construyó el Sport Competition Anxiety Test (SCAT) (Martens, 1977), que es uno de los instrumentos más utilizados en Psicología del Deporte.
La Ansiedad-Estado Competitiva fue definida por este autor como un estado emocional inmediato, caracterizado por sentimientos de aprensión y tensión asociados a la activación del organismo (en concreto el S.N.A. y el S.N.S.) que se produce en situaciones de competición (Martens, 1977). 
Por lo tanto, el estado de ansiedad tiene dos componentes: el estado cognitivo de ansiedad, o preocupación por el posible fracaso y las consecuencias aversivas derivables, que se manifiesta con pensamientos negativos, intranquilidad, sensaciones de inseguridad y duda, expectativas negativas y pérdida de concentración. 
El otro componente es el estado somático de ansiedad, o elevación en el nivel de activación de las funciones fisiológicas (ritmo cardíaco, respiración, tensión muscular, etc.), que produce nerviosismo y tensión.
 Para el estudio del estado de ansiedad se construyó el Competitive State Anxiety Inventory-1 (CSAI-1) (Martens, 1977) y 
el Competitive State Anxiety Inventory-2 (CSAI-2) (Martens, Burton, Vealey, Bump y Smith; 1990).
En este cuestionario, además de los componentes cognitivo y somático, se identifica un tercer componente en la ansiedad estado, la autoconfianza, conceptualmente similar al de autoeficacia percibida tratada como la convicción de que uno puede llevar a cabo exitosamente la conducta necesaria para producir resultados, y que se manifiesta por la falta de confianza en las posibilidades y en los recursos propios para afrontar situaciones
En el contexto deportivo, se considera que la ansiedad somática es una respuesta condicionada a estímulos ambientales asociados con la competición;
 mientras que la ansiedad cognitiva estaría relacionada con la habilidad percibida y las expectativas de éxito.
La aparición del cuestionario de ansiedad-estado ante la competición CSAI-2 ha permitido un progreso fundamental en los conocimientos acerca de la ansiedad en la competición deportiva.
 La relativa independencia de los tres componentes (cognitivo, somático y autoconfianza), puesta de manifiesto por su diferente pauta de evolución temporal y su relación con distintos factores desencadenantes, resulta importante para el diagnóstico diferencial de la ansiedad y la obtención de perfiles de respuesta característicos de cada sujeto. 
Desde la teoría multidimensional de la ansiedad, se predice que los tres componentes no siguen las mismas pautas de cambio durante el período previo a la competición (Martens y cols., 1990). 
La utilización de este instrumento de evaluación puede ayudar la aplicación de técnicas de reducción de la ansiedad de forma individualizada y eficaz, en función del predominio de los distintos componentes de la misma, lo que a su vez podría influir en la mejora del rendimiento de los deportistas (Krane y cols., 1992; Jones y cols., 1993; Jodra, 1999).
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